Vosotros como médicos necesitáis una fuerte vida de oración, porque la vuestra no es sólo una profesión, es una vocación. Lo mismo nos sucede a nosotras, que no somos asistentes sociales, sino que debemos ser contemplativas en el corazón del mundo, porque pasamos 24 horas con Jesús, cuando damos de comer a los hambrientos, de dormir a los sin techo, etc., fieles a la palabra del Señor de habérselo hecho a Él.
También el médico cristiano toca a Cristo 24 horas al día y cree en las palabras de Jesús. Por esto necesitamos rezar para tener un corazón puro que vea a Jesús. Yo deseo mucho que el grupo de médicos siga haciendo en otros sitios lo que hacemos nosotras las Misioneras: por tanto, ¡que se establezca un contacto espiritual entre nosotros! Los enfermos acuden a vosotros no sólo con un gran sufrimiento, sino también con una gran esperanza: ¡no sólo hay que prescribir medicinas a toda prisa!
El vuestro es amor de Dios en acción: Dios os ha escogido para ser manifestación de su amor por los enfermos. Él os necesita para hacer comprender a los hombres el amor que Dios les tiene. Cristo está realmente presente y palpable en ellos, no es una sensación o una imagen; hay que estar convencidos de ello: Jesús no dice mentiras; igual que 2 y2 son 4, así sus palabras son realidad
domingo, 16 de noviembre de 2008
Palabras de la Beata Teresa de Calcuta a los Médicos.
En mayo de 1982, Sor Teresa dirige estas palabras a un grupo de médicos donde les muestra el modo evangélico de ejercer la profesión.
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